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Aqui Todos Son Famosos
Demi Lovato insiste. Su propósito para antes de que termine el año es dejar clarísimo que ya se ha recuperado totalmente. Y para muestra un botón. ¡Y qué botón! La cantante lució en la gala de los Grammy Latino un escote de vértigo que consiguió subir la temperatura hasta el límite más insospechado.
Demi ha dado toda una lección de estilo combinando a la perfección ese momento de sacar a relucir sus armas de seducción femeninas con una impecable elegancia. El color frambuesa fue su aliado, un tono que, sin duda, queda fantástico con su dorado natural de piel y sus rizos castaños anaranjados.
Y eso por no hablar del corte del vestido. Primer requisito, respetado por todas y cada una de las asistentes, largo hasta los pies. De manga larga, ceñido en la cintura y con cuello camisero que bajaba hasta el ombligo. Ese fue justo el elemento que le hizo sobresalir con diferencia por encima de las demás y no necesitar la ayuda de ningún complemento. Un 10.
La segunda en el ranking de CHANCE fue una Shakira transformada en la dulce princesita de cualquier cuento de hadas. Con un precioso traje en tono champán, con corpiño de escote corazón con incrustaciones de pedrería y una falda que bajaba ajustada hasta debajo de las caderas y después se abría gracias a una capa superpuesta de tul.
Vestido con cola y un recogido muy sencillo. A la colombiana no le hizo falta nada más para brillar como una estrella. Se ve que aún le queda algo de la burbujita de Freixenet que representó el año pasado.
ZOE SALDANA Y SOFÍA VERGARA, EN LA SENCILLEZ ESTÁ EL GUSTO
Zoe Saldana tiene pillado el truco. La sencillez no está reñida con el buen gusto y eso es justo lo que quiso demostrar la actriz de origen dominicano. Su color, el verde clorofila, y su textura, la pedrería. El resultado, salta a la vista en un traje perfecto y de cortes simples, manga corta y mini cinturón.
Por su parte, Sofía Vergara decidió tirar un poquito más de sofisticación. Con un palabra de honor ajustado en tonos plateados, corte sirena y bordados de paillettes, la actriz y modelo colombiana irradió espectacularidad. Como complementos, joyería y clutch del mismo color.
Fantásticas estas dos artistas a las que no les hizo falta nada más que su buen sentido del gusto para elegir su mejor gala para asistir a los Grammy Latino. De hecho, ambas optaron por la melena suelta ondulada y maquillaje muy natural. Su regla de oro: no sobrecargar el look. Fantástico.
MERCHE, PAULINA RUBIO Y SHAILA DÚRCAL, MEJOR EN CASA QUE EN LOS GRAMMY
Dos españolas y una mexicana. Así está el podio en sus puestos más bajos. El primer lugar es para la mejor entre las peores: Paulina Rubio. Su gracia latina le salva de caer en lo más bajo de la tabla porque, aunque lo intentó dos veces, la chica de oro no acabó de convencernos con su estilo.
Con un aparatoso traje, más digno de Lady Gaga, la cantante mexicana apareció cubierta de lentejuelas de oro y plata en un vestido de corte sirena, con cola, de manga corta y fuerza en las hombreras, escote cruzado y, lo más llamativo, de la cadera le salían dos especies de alerones que no dejaban a nadie indiferente. Cluth a juego y uñas en rosa block.
Pero esto no fue todo. La mexicana lo volvió a intentar sobre la alfombra con un mini mono ajustado, de manga larga y marcadas hombreras, escote en V y también de lentejuelas, en este caso, azules y doradas. Medias de rejilla y peeptoes joya pusieron el colofón final a un picante modelito, muy al estilo Paulina Rubio.
El segundo puesto es para Shaila Dúrcal. Otra que quiso hacer de burbujita Freixenet. Vestido ajustado, de corte sirena, recubierto de pedrería dorada en diferentes tonos y haciendo siluetas geométricas, tirantes, escote en V y, al final de la falda, un trozo de raso por el que caían hileras de lentejuelas a modo de flecos.
Finalmente, el premio a la peor vestida se lo ha llevado Merche. Con un traje largo de gasa en nude, con abertura lateral que dejaba al descubierto sus medias de red, escote con caída drapeada que enseñaba un sujetador de pedrería y cinturón ancho negro con detalle de maxi joya en el centro y del que salían unos tirantes. Todo un despropósito.
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